Piscinas con sal, el mantenimiento básico

El cuidado de una piscina puede parecer una tarea ardua, pero con unas cuantas nociones sencillas, puedes disfrutar en todo momento de un agua cristalina para darte un refrescante baño. Y en el caso de las piscinas con sal el mantenimiento no es complicado. 

Qué son las piscinas con sal cuál es su mantenimiento 

Lo primero que hay que tener claro es que llamamos piscina con sal a aquella que emplea cloradores salinos. Es decir, que aprovecha la sal para generar cloro. La manera de conseguirlo es a través de los cloradores salinos que son unos dispositivos que se instalan en el sistema de filtrado de la piscina

De esta forma se aprovecha el agua salada para generar cloruro gaseoso mediante un proceso de electrólisis. 

Con este proceso se logra desinfectar el agua de la piscina sin tener que aportar productos químicos. El agua es menos dañina para los ojos y para la piel y también se evita el olor.  

Además, en las piscinas de sal con la electrólisis se crea hipoclorito que cuando se descompone se vuelve a convertir en sal. Esto significa que es un ciclo más ecológico que respeta el medio ambiente.

Pautas de mantenimiento

Para cuidar el buen estado del agua de una piscina con sal hay que seguir unos pasos: 

  • Limpiar bien el filtro de agua de la depuradora
  • Realizar una cuidadosa limpieza de los skimmers de insectos, hojas o cualquier otro tipo de impurezas
  • Comprueba que no haya fugas y que las tuberías están en perfecto estado
  • Comprueba el nivel del agua y el pH (el nivel aconsejado es de entre 7.2 y 7.6). Puede que necesites un producto químico llamado reductor de pH, que en circunstancias normales sólo necesitarás una vez al año
  • Comprueba que se está produciendo cloro. Para hacerlo solo hay que medir una muestra de agua que tomas directamente de un chorro de impulsión de un lado de la piscina y de otro chorro del otro extremo.