A priori el mantenimiento de una piscina salina es menor, pero no nos engañemos también hay que cuidarla. La falta de un mantenimiento correcto puede ocasionar daños para la salud y deteriorar las instalaciones de la piscina.
Para que tengas claro todo lo que debes tener en cuenta para disfrutar de manera segura de tu piscina, te damos unas sencillas recomendaciones.
Mantenimiento de una piscina salina después del invierno
El buen tiempo ya está aquí y se aproxima la temporada de baño. Si durante todos estos meses tu piscina ha estado en modo invernaje es buen momento para empezar su puesta a punto.
Las tareas de mantenimiento de una piscina salina deben comenzar por revisar los niveles de agua que pueden estar por debajo o, al contrario, ser superiores. Después hay que medir los niveles de sal y regular el pH.
Como el clorador salino habrá estado apagado hay que revisarlo, hacer una limpieza y regularlo. Y por último, es aconsejable poner la depuradora entre 10 y 12 horas para que el agua esté en perfectas condiciones.
Los niveles y elementos para el mantenimiento de una piscina salina
Estos cuidados ayudan para la reapertura de la temporada de baño, pero el mantenimiento de una piscina salina, ya sea particular o pública, tiene que ser regular.
Una piscina de agua salada funciona con cloradores salinos; es decir, unos dispositivos integrados en el sistema de filtrado que aprovechan la sal del agua para generar cloruro gaseoso de manera natural a través de un proceso de electrólisis. Este cloro se disuelve en el agua y así la desinfecta de microorganismos como bacterias, algas, etcétera.
El nivel o concentración de sal en una piscina de este tipo es entre 6 u 8 veces menor que en el agua del mar, aproximadamente contiene unos 5 ó 6 gramos de sal por litro de agua. Hay que tener en cuenta que el sol evapora el agua y habrá que revisar periódicamente los niveles.
Otro de los parámetros que hay que controlar es el nivel del pH que mide la acidez o alcalinidad del agua. Recuerda que el nivel aconsejado suele oscilar entre 7.2 y 7.6.
Es cierto que la mayoría de los equipos de mantenimiento disponen de indicadores de nivel de pH y de sal, pero a pesar de ello es conveniente revisarlo de manera manual al menos una vez por semana.
Revisión de equipos e instalaciones
Para disfrutar de un agua cristalina y una zona de baño en perfectas condiciones hay que revisar también los equipos e instalaciones. Se debe comprobar que el clorador salino está en buen estado, a veces la cal del agua se acumula en los electrodos y forma capas de sedimentos que cubren las placas metálicas y provocan una reducción en la producción de cloro.
Además, conviene revisar todos sus elementos para evitar cualquier fallo que pueda derivar en la aparición de algas. También hay que controlar la limpieza del filtro de agua y de los skimmers de insectos u hojas, revisar la bomba y todo el sistema de tubos para evitar posibles fugas.
Pero el mantenimiento de una piscina salina no acaba aquí, también hay que chequear que el vaso de la piscina esté en perfectas condiciones, que el gresite o revestimiento esté en perfecto estado al igual que las escaleras, bordes y demás elementos estructurales. Solo así podremos disfrutar con seguridad de un apetecible baño.